Por: Alberto Vieyra Gómez
Esta modesta obra de arte la dedico a mi muy dilecta y respetada amiga Azucena Chávez Guizar, paradigma notaria de México, así como a los impolutos impartidores de justicia de mi nación.
Septiembre de 2016
Reza la filosofía popular que el buen juez por su casa empieza,
y sólo podrá serlo desterrando de su vida la mentira y deshonestidad.
La honestidad es la columna vertebral de la integridad humana y la pureza;
la mentira y la deshonestidad causa son de creciente descomposición social y calamidad
Un juez deshonesto hará que la ley sea fuerte para los débiles
y empeño igual pondrá para que la ley sea débil para los fuertes.
El buen juez no torcerá la ley y aplicará el derecho cual es.
El rey Salomón era justo con ricos y plebeyos, como un honrado juez
Divisa de infinito valor universal es la honestidad, tan escasa hoy en día,
otro sería el mundo si por ella se guiara la consumista humanidad.
Todo juez debe tener a Temis, la justiciera diosa romana, como guía,
juzgando cada caso con rectitud, tolerancia y respeto a la humana integridad
Al banquillo acusatorio debe ir la podrida justicia y esos juzgadores inmorales
que perversamente aplican el estado de derechueco en lugar del estado de derecho.
Unos pillos hacen mina de oro impartiendo justicia en barandillas y penales
donde la libertad se compra al mejor postor con vicios y cohecho
A jueces y supremos les llaman su Señoría, título de nobleza del medioevo.
¿Son nobles señores o acaso son verdugos juececillos de horca y cuchillo?
¿O serán como Torquemada, el martillo de los herejes del Mundo Nuevo?
Lo sabremos cuando el juicio de la historia los siente en el banquillo
Por jueces y leyes corruptas existen en 54 naciones la pena capital,
inocentes son ejecutados y miles esperan en el corredor de la muerte.
Norteamérica, India, China y demás autoproclámanse naciones civilizadas con semejante barbarie criminal.
Como conejillo de indias de la silla eléctrica no escaparía hasta un elefante
Insensata humanidad proclive a la impartición de justicia con los métodos más crueles,
de los cuales ni Jesucristo escaparía, crucificado por Herodes y soldados romanos,
o la tiránica decapitación de Ana Bolena, la reina madre de las Isabeles,
que impide la reconciliación humana y que los hombres volvamos a ser hermanos
Tan demoledor juicio lo hace su Señoría Azucena, sin par flor de lirio
que clama porque la criatura humana tenga una justicia pronta, honesta y humana,
regeneradora de insanas conductas, reparadora de daños y no partidaria del martirio.
Buen juez es su Señoría y más virtudes la distinguen desde edad temprana
Sostenía Rosseau: “El hombre nace libre, pero en todas partes está encadenado”
Galeano decía que las aves son las únicas libres en un mundo prisionero,
pues los sistemas judiciales son corruptos e impera un estado de derecho nauseabundo
en un mundo en manos de cavernícolas delincuentes guiados por el dinero.
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